Cuando las fiestas movilizan: Desórdenes Alimentarios y salud mental

La llegada del último mes del año y de las fiestas —Navidad, Año Nuevo y otros encuentros tradicionales— suele implicar salir de las rutinas habituales: cambian los horarios, la alimentación, el descanso y la actividad física. Estos encuentros con amigos y familia, aunque valiosos, pueden representar un desafío para muchas personas.
 
En este contexto, las fiestas también pueden impactar en la salud mental, especialmente en lo relacionado con la comida, el cuerpo y las presiones sociales, en particular para quienes tienen dificultades en el vínculo con otros. Pueden aparecer emociones como la ansiedad, alterando de manera transitoria el bienestar y la calidad de vida.
 
Fiestas y alimentación: un terreno emocional
 
Durante las celebraciones, la comida suele ocupar un lugar central. Para algunas personas es motivo de disfrute; para otras, puede convertirse en una fuente de angustia o conflicto.
Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) —como la anorexia, la bulimia o el trastorno por atracón— son patologías psíquicas complejas, cuya causa es psíquica y que, a través de la relación con el alimento, generan importantes consecuencias en el organismo.
 
En estas fechas, quienes atraviesan un trastorno alimentario pueden ver intensificadas ciertas conductas y malestares: ayunos previos, restricciones posteriores, episodios de atracones o intentos de compensación mediante ejercicio físico excesivo antes o después de los encuentros.
 
Sin embargo, estas conductas no se presentan únicamente en personas con un TCA. Forman parte de una lógica social más amplia, que continúa promoviendo la delgadez como ideal de belleza. Frases como “hay que quemar lo que se comió”, “después de Año Nuevo empiezo el gimnasio” o “me tengo que cuidar para que me entre la ropa” circulan con naturalidad y muestran cómo la comida deja de estar asociada al encuentro y al placer para transformarse en algo que hay que justificar, controlar o castigar. Este malestar, muchas veces, se vive en silencio.
 
Estrategias para cuidar la salud mental
Durante las fiestas, algunas recomendaciones que ayudan a un cuidado integral son:
📌 Reconocer las señales de hambre y saciedad, evitando conductas compensatorias que dañen el organismo.
📌  Priorizar el encuentro y los vínculos por sobre el foco exclusivo en la comida.
📌Evitar comentarios sobre el cuerpo o la forma de alimentarse del otro. Si algo preocupa, es importante recurrir a ayuda profesional en lugar de emitir juicios.
 
Para cerrar
Las fiestas pueden ser un momento emocionalmente intenso. Comprender que la relación con la comida y el cuerpo es también una cuestión emocional y social —no solo física— permite transitar estas fechas con mayor conciencia y cuidado.
Si vos o alguien cercano está atravesando pensamientos o conductas vinculadas a la alimentación que generan malestar, buscar apoyo profesional es un paso fundamental.
 

Lic. Natali Dentice

Licenciada en psicología

Directora Relaciones Institucionales CEDA